¡Somos abril!
- Tinta de un bisturí
- 29 abr 2023
- 3 Min. de lectura
Érase una vez… no, no, no; SOMOS una vez, y, si sabemos definirnos, haremos de esa única vez las veces necesarias con las que darle sentido a nuestra existencia.
¿Por qué es tan fácil describir a los demás y nos faltan adjetivos y sobran los superlativos cuando se trata de nosotros mismos? ¿Alguna vez imaginaste que el calendario tomara pluma y papel y te regalara una definición de ti que ni siquiera le estabas pidiendo? Yo tampoco, hasta que, a través de los años cargados de historia, lo entendí. Y hoy, celebrando una vuelta más al sol de la A de mi abril, volví a recordarlo, y de paso, escribirlo.
Sí, somos abril.
Somos el mes de la primavera; somos las páginas de los libros de la literatura clásica; somos esa pequeña felicidad que cura como la medicina tal y como nos enseñó Gabriel García Márquez; somos el tiempo de Shakespeare porque sabemos que “El que va demasiado aprisa llega tan tarde como el que va muy despacio”, y por supuesto que, también somos el Don Quijote de la Mancha, porque nuestras plumas son la “lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos”.
Somos abril porque nuestras almas se reencontraron a través de las letras, porque hacemos que uno más uno no sea igual a dos cuando la suma la hace la inspiración. Somos abril porque nos burlamos del tiempo, con metas que no caben en las manecillas del reloj y sí en cada uno de nuestros pasos. Somos abril porque cuando el destino nos mostró sus fichas, supimos exactamente con cuáles responderle. Y me pregunto: ¿cómo no creer en ese destino? Cuando conseguí el alma que está a la altura de mi locura y no le importa si carezco de cordura, sí, esa; la que con sus letras me recuerda que fuera de un quirófano también se repara el corazón, y que, a veces, la única dosis que necesitamos para que todo vuelva a estar en su lugar, no se obtiene de un frasco, sino de nuestro interior. Un alma que está llena de renacer; de primavera; de escritura; de historias; de libros y que, devolvió temperatura cálida a mi frágil e inquieto corazón.
Mágicamente somos abril. Su alma nació un 6 y mi alma un 26. El número 6 hace referencia de un “amor eterno entre los que comparten”. Nuestras esencias están llenas de arte; entre ciencia y filosofía, entre poemas y medicina; entre lo extraordinario de lo rutinario y lo simple del caos, florecen las ideas de la primavera de nuestros corazones. Nuestra sabiduría viene desde esa floración de la naturaleza, así como los árboles…; que se cubren poco a poco con hojas de aprendizajes, unas hojas que no se pierden bajo ningún otoño. No nos conocimos en verano; donde sobra luz, color y calor, no… fuimos esas horas largas de melancolía y cortas de sentido, fuimos ese invierno vestido de gris, pero con la certeza de la primavera que llevábamos dentro, porque somos abril y sabemos que nuestras letras son luz que no se miran con los ojos, sino con el alma, y ese sentimiento moderado es el único lenguaje que expresa las palabras de nuestro interior. Sí, esa es la pausa mágica, para llenar de vida a nuestro lector.
Y por si aún se lo preguntan, la respuesta es sí, ser abril también es ser irremediablemente intensos, insoportables… y así mismo, indelebles.
Sí, somos ABRIL.
~Colaboración con @journalistdbc ~
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