Un antojo navideño
- Tinta de un bisturí
- 18 dic 2024
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 6 ene
En esta hoja del calendario decido encerrarte, así como he sido prisionero de tus caricias ausentes.
Congelaré nuestras fechas entre el hielo de los días que me tomará olvidar lo no sucedido.
Encenderé las luces del árbol de mi nostalgia frente a mis ojos aún ilusionados por verte.
Envolveré las noches que no me regalaste entre el papel que sigue esperando que escribas.
Entre tantos chocolates y dulces, me antojé de la amargura de marcar una distancia que solo existe en mis pensamientos. Tú; siempre lejos. Y yo tan cerca que hoy lucho contra las ganas de quedarme donde nunca hemos estado.
Entre las embestidas de los recuerdos de tus besos y el vaivén de tus manos, bailaré en lo que se acaba este año, o quizás un poco más.
Mi antojo navideño eres tú.
Sin envolturas.
Sin lazos que nos unan, pero con la necesidad de siempre quedarnos.
Con el alma despojada de ilusiones, y el corazón sin salir del círculo de espera.
Me antojé de tenerte un rato, para dejarte ir encerrándote en un para siempre.
Pero lo complicado de la Navidad es que hay antojos que no terminan en el Día de Reyes.
La Navidad tiene esa magia cruel: envuelve las distancias en luces y nostalgia, y tus letras lo capturan con una verdad sublime. Gracias por compartir este "antojo", que es, al final, una ofrenda hermosa a lo efímero e inolvidable. ☃️🎄